Sergio Lehmann

Regionalización, una asignatura en rojo

Por: Sergio Lehmann | Publicado: Martes 14 de abril de 2015 a las 04:00 hrs.
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Chile ha sido una vez más golpeado por una enorme tragedia. Los aludes en el norte han provocado pérdidas humanas, graves daños en infraestructura y drama social. Todos nos hemos conmovido con las imágenes de destrucción y desamparo que se han apoderado de la región de Atacama. Hace un año atrás veíamos el dolor de numerosas familias en Valparaíso, que perdieron sus viviendas en un devastador incendio. Qué decir del terremoto de 2010 que aún se encuentra fresco en la mente de cientos de miles de chilenos. Estos fenómenos desnudan una dura realidad: las regiones no reciben suficiente apoyo ni los recursos necesarios para enfrentar y prevenir de buena manera las catástrofes naturales que recurrentemente azotan nuestro país.

El énfasis en políticas sociales ha estado puesto correctamente en reducir la enorme brecha en ingresos que existe entre los distintos segmentos de nuestra sociedad. Para avanzar en este aspecto es fundamental garantizar la igualdad de oportunidades para todos los chilenos, lo que se fundamentaba en una buena educación. Eso lo comprendemos bien. Una arista que es parte del mismo fenómeno, pero que no se ha entendido de la misma forma, dice relación con la disparidad en términos de progreso y modernidad que se evidencia entre Santiago y regiones. Para alcanzar el selecto grupo de países desarrollados, debemos abordar con urgencia la enorme discrepancia en términos de asignación de recursos que observamos a nivel regional y el exacerbado centralismo en la toma de decisiones. En este aspecto, cabe hacer ver que la OCDE muestra a Chile entre los países con mayor centralización fiscal en términos de la asignación presupuestaria.

La Región Metropolitana concentra casi la mitad del PIB de Chile. Observamos además una importante disparidad geográfica en cifras de pobreza y acceso a servicios de salud y educación de buena calidad. El desafío que este escenario conlleva sugiere revisar la experiencia de otros países en esta materia. Entre los más desarrollados, destacan las políticas adoptadas por Australia y Canadá, que han dado mayor autonomía presupuestaria a sus regiones. De igual forma, algunos países emergentes, como son Corea y Sudáfrica, dan cuenta de éxitos, según también cifras de la OCDE. En América Latina, Argentina y Brasil exhiben menores discrepancias en desarrollo regional, pero han descuidado la obligación de sostener un balance fiscal sano, comprometiendo los equilibrios macroeconómicos y el crecimiento. Es claro que los avances en esta materia deben hacerse bajo un estricto marco de responsabilidad fiscal. Si bien en Chile existe consenso en este sentido, es importante recalcarlo con fuerza.

El excesivo centralismo en las decisiones presupuestarias lleva a una distribución de recursos en regiones poco eficiente, burocrática y que no recoge del todo bien las necesidades propias de cada comunidad.

Debemos avanzar en dar más autonomía y mejorar la asignación presupuestaria, de forma de fortalecer la infraestructura en regiones y cubrir de mejor forma sus necesidades a través de recursos bien gestionados y controlados. No es tarea fácil, pero se trata de un desafío fundamental para el desarrollo de nuestro país. Es tiempo que dejemos de sacar lecciones frente a cada desastre natural y pasemos a las acciones.

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